Cuando te mudas a otro país son muchas las maletas que te llevas.
Aquellas donde guardas tu ropa, zapatos, libros y el clásico cuadrito con El Morro o un coquí. Pero hay otro tipo de equipaje que pesa más que todos mis bultos juntos: la idiosincrasia.
La primera vez que fui a coger guagua pública fue toda una aventura.
Salgo de mi calle, y voy de camino a la parada, en eso me pasa por el lado el autobús en el que me tengo que montar. Salí corriendo como una desesperá, enredándome entre la cartera, abrigos, bufandas y toda la indumentaria que el invierno te exige. Tanto nadar para morir en la orilla... Cambió la luz, y perdí la guagua. Me había preparado mentalmente para esperar más de media hora para que pasara la próxima... No pasaron ni 5 minutos, y ya había llegado la próxima. Así de sencillo, el sistema de transportación público funciona!!! Esto no queda aquí. ¿Saben que la gente hace fila en las paradas? Sí, así todos paraditos uno detrás de otro, nadie se cuela, ni le menta la madre al chofer si cierra la puerta porque se llenó la guagua. Es alucinante.
En el supermercado solo les falta cantar Cumbayá
Los carritos de compra desbordándose, las cajas de tres bolsas de cereal, y las comidas en empaque familiar no se ven ni por los centros espiritistas. Aquí se hace compra todos los días. Asimismo, la gente sale de su trabajo y para en el supermercado para llevarse lo que va a comer. Es genial, comes fresco todos los días, y no tienes el freezer desbordándose de carnes que al final acabas botando o te la comes con los "freezer burns" (como dicen en Castilla la vieja).
La primera vez que fui al supermercado ya conocía este detalle, así que no llené mi carrito como si fuera dueña de un mini market. Cuando fui a pagar, la cajera me dice "quieres bolsas?"
Ella pensará que me voy a llevar la comida balanceándose en la cabeza? Le pedí tres bolsas, lo suficiente para acomodar lo que había adquirido. Para mi sorpresa, en el recibo me habían cobrado las bolsas. Sí, así mismo, cobran las bolsas del supermercado a 5 céntimos de euro. Al principio no me tenía lógica, pero luego vi como la gente llevaba sus bolsas enrolladas en la cartera, o tenían cestas de plástico. Tiene un razonamiento ecológico, se genera menos basura. Nada mal?
Y como si eso fuera poco, cuando hay mucha fila y abren otra caja, la gente pasa en ORDEN!!! Nadie sale esbocao como caballo que corre pal poolpote...
Pero las bolsas vienen de todo tipo...
En Madrid hay más perros que niños. La natalidad es muy baja, y parece que la gente prefiere tener mascotas que hijos. En fin, que no hay esquina por la que dobles que no te tropieces con un perro paseado por su dueño. A pesar de esto, las aceras no van decoradas de excremento, y es que en las esquinas hay unos zafacones con una cestita que tiene bolsitas para recoger la caca del perro. Sí, es increíble... Pero para esta boricua bestial, lo más increíble es que las personas solo cogen una o dos, dependiendo de lo que necesiten. Si llegan a poner una cosa de esas en plena Avenida Ponce de León, esas bolsas no duran ni un minuto. Ya puedo ver los zafacones de los baños adornados con las bolsitas negras.
Esto del civismo es una cosa seria.