sábado, 5 de febrero de 2011

Cuando la mierda apesta en casa...

Foto Archivo El Nuevo Día/Juan Rivas
No puedo imaginar el dolor que tiene que estar atravesando Deborah Martorell y su familia en estos momentos.  Un dolor que, lamentablemente, han padecido muchas familias en Puerto Rico, y que día a día es la comidilla de los medios de comunicación que le espetan el micrófono y la cámara en la cara a los afectados.

Algunos no se cortan ni un ápice: ¿Qué pasó? ¿Desde cuándo? ¿Dónde? ¿Sospechabas de la situación? ¿Qué te contó la nena? ¿Cómo? (Vamos, las 5 W's y la H de las clases de periodismo para crear historias de "calidad"). Estos ejemplos de las barbaridades que se atreven a preguntar algunos periodistas, con tal de satisfacer el hambre de los jefes de información, va de la mano con la pregunta más común en las salas de redacción de medios audiovisuales: "¿Tienes sangre y mocos?". Así suele determinarse qué noticia hace la primera plana.

Hoy, la lamentable noticia toca de cerca a WAPA televisión, y responsablemente reproducen las palabras de Déborah: "Les pido que nos den el espacio para que la investigación transcurra de la forma más certera y rápida posible". Totalmente comprensible.  Y se les respeta.

Pero ese espacio no sólo lo merece éstos.  Sino todas las familias en Puerto Rico que han tenido que ver su drama televisado, con mocos incluídos.

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