domingo, 27 de septiembre de 2009
El TAMAÑO del sector público en Dinamarca
jueves, 24 de septiembre de 2009
Fortuño está "In"
In-aceptable, In-admisible, In-defendible, In-justificable, In-tolerable, In-sostenible, In-verecundo…
No puedo ni imaginar la In-certidumbre por la que están pasando los miles de empleados públicos ante el In-minente In-fortunio que les espera. En tan solo horas saldrán las cartas de despido que pueden afectar a más de 20 mil padres y madres de familia.
In-válidas e In-sensibles son sus In-tenciones señor Fortuño.
Es una In-solencia el tirar a la calle a trabajadores con el pretexto de ahorrar, cuando solamente su oficina en Fortaleza mantiene contratos con publicistas por más de 48 millones de dólares. (Es equivalente al salario promedio de más de 2,000 empleados públicos.) In-negablemente A&O Solution, Blue Box Media, MC Relativity, De la Cruz y Asociados formaron parte de su equipo de campaña, y ahora In-sólitamente reciben In-centivos de su parte. Esto es un In-sulto al In-telecto del pueblo. No nos dejaremos In-toxicar con una In-tensiva campaña de relaciones públicas para lavarse la cara, que ya comenzó.
No es que padezca de In-habilidad para gobernar (como dicen algunos). Lo hace In-tencionadamente, es parte de su agenda para favorecer a los grandes In-tereses, su condición de clase lo hace In-herente a este tipo de acciones. Estos despidos In-merecidos, no son In-defectibles como argumenta usted. Da asco ver su In-diferencia e In-dolencia.
No venga en el 2012 a pedir In-dulgencias….
miércoles, 23 de septiembre de 2009
La rabia se siente en la piel: 4 años después
Aquella tarde del 23 de septiembre de 2005, todo cambió. Bajaba de Lares camino a WKAQ luego de pasar toda la mañana cubriendo los actos de conmemoración del 137 aniversario del Grito de Lares.
Los celulares no paraban de sonar, comentaristas radiales hablaban del posible asesinato de Filiberto Ojeda Ríos a manos del FBI en Hormigueros, Puerto Rico. Al principio no lo creía, cada cierto número de meses escuchábamos rumores de su muerte o arresto, estaba sumida en el cuento de Pepito y el lobo.
Esta vez el lobo llegó de verdad, y no vino solo. El Gobierno de Puerto Rico, la policía estatal y municipal colaboraron en la emboscada que el FBI organizó desde Washington para matar a un líder independentista que ya tenía 72 años y que no representaba ninguna amenaza real.
Mi día de trabajo, que había comenzado a las 7 de la mañana, se extendió hasta las 11 de la noche. Fue una de las experiencias más enriquecedoras en mi carrera profesional. Pude ver de primera mano como el pueblo se auto convocaba para repudiar este vil crimen. Es indescriptible poder contarles lo que fue ver a los cientos de jóvenes, adultos y niños que marcharon desde Plaza las Américas hasta el Tribunal Federal cargando velas, pancartas, pero sobre todo llevando de la mano una rabia e indignación que era palpable. Se sentía en la piel, es parecido a eso que le llaman “la muerte chiquita”, cuando se te paran los pelos por algo que no comprendes.
Así pasé todo ese fin de semana, hasta que llegó el martes 27 de septiembre, día del entierro.
Me asignaron cubrir la trayectoria del cortejo fúnebre desde su salida en San Juan hasta Naguabo donde sería enterrado. Mis ojos no creían lo que veían. El trayecto regularmente puede durar una hora, pero tardamos casi cuatro en llegar. La caravana de carros era impresionante, no hubo paseo, puente, o esquina de carretera que no estuviera llena de gente que daban sus últimos respetos al líder del Ejercito Popular Boricua. Los niños salían de las escuelas a tirar flores, es una imagen que nunca olvidaré, es un sentimiento que aún me llena.
Llegando a Naguabo, ya se veían cientos de carros estacionados a la orilla del Expreso. La gente caminaba más de una hora para llegar hasta el cementerio. ¿Dónde se metería tanta gente? Me preguntaba. Yo iba a la cabeza de una caravana de miles de carros, y ya Naguabo estaba repleto. En una entrevista que pude hacerle esa tarde a Juan Mari Brás, me confirmó que no había visto tantos puertorriqueños juntos desde el entierro de Luis Muñoz Marín.
Pude ver las muestras más genuinas de cariño, dolor y solidaridad. Gracias a todos los que estuvieron allí. Gracias por hacerme sentir humano una vez más.
Esa tarde, todos volvimos a ser gente.
viernes, 18 de septiembre de 2009
ahí viene el mister con metralla....
jueves, 17 de septiembre de 2009
Orgullo y papa al plato....
El arroz con habichuelas y salchichas por el lau’ que probé no estaban nada mal. No era un manjar de los que preparaba mi abuela, pero se dejaba comer, cosa importantísima en estos tiempos de crisis. A fin de cuentas no se trataba del sazón que le pusieran; hambre es hambre y comida es comida. Así fue como la semana pasada supe que a Puerto Rico le está tocando (re)aprender a tragar la papa y el orgullo en el mismo bocado.
Pues, contrario a lo que muchos pensamos, no solo deambulantes y
Imagínese usted qué dirían sus amigos y familiares si le vieran entrar a una fila por un plato de comida de esos que ofrece el Salvation Army todos los lunes, miércoles y viernes en Río Piedras a las tres de la tarde. Al hacer este ejercicio mental me pregunto también si seremos capaces de sobrepasar la barrera que levanta nuestro orgullo mal fundado al pensar que “esto no nos puede pasar a nosotros, no podemos llegar a tanto”, como si fueramos más especiales que nadie. ¿Será que estaremos dispuestos a construirnos una nueva humildad más conciente y un orgullo más proporcionado a nuestra situación colectiva actual? ¿Será que podremos hacer las pases con nuestro país tercermundista?
Mientras probaba la comida del plato de un conocido me di cuenta de que en esas filas se encontraban ciudadanos capaces de colocar su orgullo en un segundo plano con tal de allegarse la papa a la tripa. Se trataba de gente sin miedo a comenzar desde cero o sin temor a ser tildados de acreedores de “repúblicas bananeras” o complejos por el estilo que solo pueden ocupar la mente de blanquitos que nunca han pasado hambre. Se trataba –para resumir con una frasecita muy de moda- de gente que hace tiempo que sabe que “such is life” y así la bregan.
En definitiva, aquellos que llegaban en carro, a pie o en bicicleta (en su mayoría hombres de entre 25 a 50 años) me enseñaron que el orgullo no nos lleva a ningún lado pues, cuanto más nos esforzamos por aparentar, por esconder con parchos la miseria del país, cuanto más estaremos nutriendo las filas hambrientas del descontento social.
¿Que a quiénes les toca cambiar esta realidad? Creo que a todos aquellos para quienes la mesa no siempre ha estado servida. Estoy segura de que si nos lo tomamos en serio, hasta aguacates aparecen.
sábado, 12 de septiembre de 2009
Fortuño toca el violín mientras Puerto Rico arde
viernes, 11 de septiembre de 2009
Recordando a Allende
Minutos antes que los aviones golpistas bombardearan el Palacio de la Moneda en Chile aquella fatídica mañana del 11 de septiembre de 1973, el presidente electo, Salvador Allende, dice a su pueblo: